El arzobispo de Barcelona no condena la violencia desatada por los amigos de Hasél y habla de una "pandemia de desigualdad social".
Juan José Omella, cardenal y arzobispo de Barcelona, ha emitido un mensaje en Twitter al hilo de los graves disturbios tras el encarcelamiento del delincuente Pau Rivadulla, alias Pablo Hasél, en el que afirma que "la injusticia social provoca violencia".
Lejos de mostrar su apoyo a los vecinos agredidos por los violentos o a los comerciantes saqueados por los colegas del rapero, el arzobispo trata de justificar la violencia y afirma que "si queremos paz es necesario asegurar el bien común de todos los ciudadanos".
En la línea de "pensamiento" de la izquierda más ortodoxa, Omella avisa en la red social: "Que la crisis generada por la covid-19 no nos haga olvidar la gran pandemia de la desigualdad social que avanza con fuerza desde la crisis financiera de 2008".
Al igual que en las declaraciones de los últimos días de la alcaldesa Ada Colau o de los dirigentes de los partidos separatistas, no hay condena alguna de los disturbios por parte del arzobispo, que exhibe una "conciencia" social idéntica a la de los grupos de ultraizquierda que acusan a los Mossos y al Estado de provocar la violencia.
La patronal Foment del Treball y la mayoría de asociaciones empresariales de Cataluña han alzado su voz frente a la ola de violencia.
Herido un policía nacional en la Jefatura de Vía Layetana; máxima presión sobre los cuerpos policiales, abandonados por su jefes políticos.
La abogada y novia del rapero recorre los medios públicos de la Generalidad y dice que su patrocinado no quiere compartir celda porque son minúsculas.