Las fianzas del Tribunal de Cuentas se han revelado como uno de los elementos más dañinos para el separatismo. Artur Mas y los consejeros condenados por el referéndum del 9-N de 2014 (el banco de pruebas del golpe de Estado de octubre de 2017) todavía se quejan de las multas y fianzas impuestas por dicho tribunal mientras que los implicados en el 1-O recurren de nuevo a la solidaridad de las bases independentistas para hacer frente al pago de 4,1 millones de euros, la última reclamación por el golpe.
Tienen de plazo hasta el lunes y sólo han conseguido recaudar 800.000 euros. No ha funcionado el cuento de la lechera. Puigdemont pedía dos euros a cada uno de los votantes del referéndum ilegal, pero el independentismo muestra síntomas de agotamiento financiero. Demasiadas peticiones, primero de Mas y luego de Junqueras y Puigdemont. Y no solo para abogados, multas y fianzas, sino para la Casa de la República (la mansión de Waterloo), el Consell per la República y la Crida per la República.
Los responsables de la "caja de solidaridad", los expresidentes del parlamento regional Núria de Gispert y Ernest Benach, suplican al independentismo que haga frente a la nueva fianza porque de lo contrario se embargarán bienes e incluso sueldos, matizan, no sólo de Puigdemont, Junqueras y sus consejeros, sino también de altos cargos de la Generalidad, como algunos secretarios generales o la interventora de la administración autonómica.
La situación es desesperada, según han alertado ambos personajes en El Nacional, el digital independentista del exdirector de La Vanguardia José Antich. Según las cuentas de De Gispert y Benach, la "caja de solidaridad" ha aportado hasta el momento 13,2 millones de euros en fianzas, 262.500 euros en abogados para particulares que no disponían de asistencia letrada y 124.600 en multas. Según los promotores de esta caja, además de sufragar gastos judiciales a los cargos políticos también se ha ayudado a unas 246 personas anónimas que se han visto afectada por lo que llaman "represión judicial".
De Gispert y Benach reclaman, además, que el Tribunal de Cuentas acepte como parte de la fianza el dinero ya depositado ante el Tribunal Supremo y en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, con lo que ya no tendrían que hacer frente al nuevo desembolso.
Caluroso recibimiento de sus empleados a las puertas de la fábrica de envases para medicamentos que posee el dirigente separatista preso.
El coste total supera el monto dedicado al "rescate" de Bankia.
El prófugo insiste en el mediador para que haya una negociación "de igual a igual" y se llegue a "acuerdos de verdad".