El presidente del BBVA se dejó de medias tintas y censuró claramente la hoja de ruta de Artur Mas para romper España. "Tenemos que centrarnos en lo importante y no distraernos en proyectos ajenos a la Constitución", defendió ante el mundo empresarial y político, reunido en el foro de emprendedores y autónomos que se celebra en Madrid.
Escuchándole, en primera fila, el presidente del Gobierno. Y, ante él, se quejó de la ofensiva secesionista. Francisco González llegó a denunciar "datos sesgados" para justificar ese plan, aunque no citó a Mas en ningún momento. La prioridad "de todos", argumentó contundente, debe ser “crecer y luchar contra el paro”.
González, que afirmó de España que es "un gran país", auguró la salida de la crisis aunque, en consonancia con Rajoy, quiso moderar el optimismo: "No podemos bajar la guardia y hay que seguir trabajando para afianzar la recuperación y acelerarla".
Recientemente, también en la capital, un personaje clave del empresariado catalán -el responsable de Freixenet- también se declaró abiertamente contrario a la secesión: "Cataluña es parte esencial de España y así debe seguir", proclamó José Luis Bonet. La suya "es una empresa familiar catalana y, por tanto, española", destacó.
Más ambiguo se mostró Antonio Brufau -Repsol- la última vez que se refirió a este extremo. "Espero que prevalezca el sentido común", contestó a los periodistas. "Cuando hay dos con discrepancias, lo que hay que hacer es sentarse" para que, al final, "ganen los dos".
Los organismos dependientes de la Generalidad se llevarán 7.565 millones; el gasto en intereses se dispara.
Los republicanos dicen que "no pasa absolutamente nada".