El ya ex diputado vuelve a Canarias, donde Podemos había convocado una manifestación contra el Supremo.
Alberto Rodríguez ha anunciado que abandona Podemos a su llegada a Canarias tras la decisión de Meritxell Batet de por fin acatar la sentencia que le condenó por patear a un policía y que le obligaba a dejar el escaño.
"Esta batalla la ganaron por ahora", ha dicho ante simpatizantes, que habían convocado una protesta contra el Supremo. "Si yo no me apellidara Rodríguez y no fuera de familia obrera, ¿me habrían quitado el escaño? ¿Qué hubiera pasado si tuviera un apellido compuesto?", ha dicho el ya ex diputado. "La sensación que tengo yo y que tienen miles de personas es que esto no hubiera pasado", ha indicado. Asimismo, ha cargado contra el PSOE porque, a su juicio, se "plegó" a las presiones del poder judicial.
Rodríguez también ha dicho que hará todo lo que esté en su mano jurídicamente para defender su inocencia, aunque sin precisar si aludía a la querella contra Batet por prevaricación, de la que Garzón ha precisado que era "a título personal" y no del partido. "Iré al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Iré a Estrasburgo sin ningún tipo de paliativo", ha declarado.
"Abandono la militancia partidista y abandono Podemos. Agradezco profundamente estos años que han sido muy intensos de muchísimo aprendizaje y de recibir muchísima leña", ha manfiestado Rodríguez, al tiempo que ha subrayado que entra en "otro momento personal" y que hay que saber "cerrar ciclos".
Como afirmó nada más conocerse que perdía el acta, Rodríguez ha insistido en que con la pérdida de su escaño "acaban de dejar a más de 64.000 canarios sin representación".
Nuevos ataques al poder judicial desde Podemos. Alberto Garzón, mientras, dice que la querella de Batet es sólo de Alberto Rodríguez.
Asegura que están "secuestrando" el voto democrático y convoca una manifestación en el aeropuerto de Tenerife para recibir a Alberto Rodríguez
Cautela y "prudencia" entre los socialistas para evitar irritar a sus socios: "La sentencias se pueden recurrir pero no se pueden incumplir".
Gravísimas acusaciones desde Podemos, con la ministra Belarra a la cabeza, contra el Supremo y la presidenta del Congreso.