Lo publica este martes el diario El País, el Gobierno vuelve a errar en la compra de test, fundamental para contener la pandemia del coronavirus. El Ejecutivo, que sigue sin desvelar cuál es la empresa que ha intermediado en la compra de test defectuosos, hizo una nueva compra para sustituir a los defectuosos que tampoco funciona.
Según cuenta el diario de Prisa, ahora el Ejecutivo trata de recuperar la inversión que realizó para obtener 640.000 test de coronavirus que resultaron defectuosos, después de que la partida reclamada para reemplazar al primer envío tampoco funcionan.
La compra se realizó a través de un distribuidor español, todavía desconocido, a la empresa china Bioeasy. Según dice El País, este nuevo lote tampoco tiene la sensibilidad necesaria para detectar el coronavirus en una persona que esté contagiada.
El análisis de comprobación ha corrido a cargo del Instituto de Salud Carlos III. Al continuar resultado defectuosos el Gobierno ha decidido cancelar el pedido. Además de desconocer quién fue el intermediario, el Gobierno no ha querido aclarar cuánto le ha costado este pedido, cuya cuantía intenta ahora recuperar a través de in expediente de reintegro.
Sanidad sigue sin publicar los contratos de compras de material sanitario y eso que la Junta Consultiva de Contratación Pública, que depende de Hacienda, dice en un informe que debe hacerlo.
Salvador Illa, lejos de hacer autocrítica por este nuevo error, se ha enorgullecido de que el Gobierno haya "evitado" que estas mascarillas se usaran.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos exigirá que Sanidad asuma las responsabilidades de exponer a miles de sanitarios al coronavirus.
El ministro de Sanidad no contesta a la pregunta concreta pero dice que "no hay ocultación" y agradece a las autoridades chinas "su colaboración".