Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han detenido en Rivas Vaciamadrid (Madrid) a un individuo que mantenía encerrado a su propio hijo en el domicilio familiar. Los agentes han hallado al joven en estado de desnutrición, deshidratación y desorientación, tras presuntamente sufrir maltrato físico y psicológico durante los más de dos años que llevaba retenido.
La investigación se inició al enviar el joven víctima de los hechos un e-mail de auxilio a la dirección atencionfamiliaymujer@policia.es, alertando sobre su situación. El joven también facilitaba un correo y teléfono de contacto de su hermana, quien confirmó los hechos y la situación de peligro a los investigadores.
Los agentes establecieron una actuación coordinada e inmediata para finalizar dicha situación, solicitando mandamiento judicial de entrada en el domicilio al Juzgado de Instrucción de Arganda del Rey. Cuando accedieron al mismo, comprobaron la detención ilegal y que la víctima presentaba un cuadro de extrema delgadez, desorientación y secuelas físicas que, según manifestó a los policías, eran consecuencia de las palizas que había recibido por parte de su progenitor, siendo atendido por los servicios médicos en el propio domicilio a requerimiento de los agentes. El padre de la víctima, quien respondió de forma violenta a la actuación policial, fue arrestado.
La casa en la que el joven se encontraba retenido estaba protegida con rejas, aluminios y maderas que impedían que en ningún momento pudiese salir al exterior. Según se desprende de la declaración del liberado, su progenitor le propinaba fuertes palizas -que se sucedían a diario-, apenas le proporcionaba alimento para subsistir, le limitaba el acceso al agua potable y le obligaba a permanecer todo el día en el mismo habitáculo de la casa.
Además, todas las estancias de la vivienda se encontraban repletas de objetos inservibles, muebles rotos y bolsas de basura, llegando el elevado volumen de basura acumulada a dificultar el tránsito por pasillos y habitaciones. Por otro lado, el arrestado tenía también problemas de convivencia vecinales debido a extrañas obsesiones y una posible enfermedad mental, creyendo que sus vecinos le envenenaban el agua y le producían radiaciones peligrosas, sintiéndose además perseguido por la mafia rusa.