La comparativa con las demás economías del Mediterráneo que dependen del turismo también es sangrante.
La pandemia ha golpeado con dureza a buena parte de las economías europeas, pero lo cierto es que la caída de actividad observada en España se sitúa muy por encima del promedio observado en el Viejo Continente. Esta comparación resulta especialmente sangrante cuando tomamos como referencia la evolución del tejido productivo.
Un documento de trabajo suscrito al alimón por el economista Daniel Lacalle y quien escribe estas líneas (Diego Sánchez de la Cruz) revela, en efecto, una clara divergencia entre lo que ha sucedido en nuestro país y la tendencia observada en otros países de nuestro entorno. Así, mientras que España ha perdido 101.086 empresas durante el año 2020 (el 6,8% del total), otras economías europeas registran cifras mucho menos desfavorables y, en algunos casos, ni siquiera sufren un descenso en el total de sociedades operativas.
El resto de las economías del Club Med presenta un escenario muy distinto:
En los demás países de referencia también observamos que el comportamiento en el número de empresas es favorable:
Ante la insistencia propagandística del gobierno, que insiste en trasladar la idea de que lo que está pasando en España es similar a lo que acontece en el resto de Europa, los anteriores datos ponen de manifiesto que la evolución de la demografía empresarial está siendo mucho peor en nuestro país. Ni siquiera aludiendo al peso del turismo tiene sentido sostener que el dato de España no es tan malo, puesto que la comparativa con los países del Club Med nos deja también muy mal parados.
Por otra parte, es importante recordar que los datos que arroja España están inflados al alza puesto que, hasta mediados de marzo, impera una moratoria que exime de la obligación de presentar concurso de acreedores en caso de quiebra. Esta decisión, tomada para evitar el colapso de los juzgados de lo mercantil, mantiene artificialmente al alza la cifra de empresas existentes.
De igual manera, el mal comportamiento del PIB en el primer trimestre del año y las proyecciones para el resto de 2021 señalan que la desaparición de empresas podría continuar en los próximos meses. CEPYME ya ha alertado de que hay 300.000 empresas en riesgo de cierre y el Banco de España considera que una de cada cuatro empresas atraviesa una situación financiera límite.
El 51,6% de los trabajadores que se han dado de baja lo atribuyen a que el pago de la cuota era "insostenible".
Los afiliados en tasa interanual caen en 400.117 personas, el peor dato de un mes de febrero desde 2013.