Los portátiles, las tablets o los pagos en metálico del teletrabajo están en el punto de mira de Hacienda.
La nueva regulación sobre el teletrabajo ha dejado algunas lagunas importantes con relación a su afectación en el IRPF. La Dirección General de Tributos no ha especificado cómo puede afectar el gasto de luz o agua en la factura del IRPF para aquellos que trabajen desde su casa más de un 30% de la jornada semanal. Lo cierto es que hay varios aspectos que se han quedado en el limbo desde el punto de vista técnico.
Tal y como ha publicado Expansión, Hacienda ha puesto el foco en los ordenadores, teléfonos móviles y tabletas que las compañías deberán entregar a sus empleados para poder teletrabajar. En estos momentos, y a pesar de la situación sanitaria imperante, tanto la Seguridad Social como la Agencia Tributaria consideran que se trata de pagos en especie y que, por tanto, deben cotizar y tributar.
Los nuevos criterios, que afectarían a la actividad de los últimos cuatro años, se asemejarían a los que se aplicaban hasta ahora para los coches de empresa. De ser así, los costes tributarios anuales podrían ascender, de media, a unos 250 euros por cada dispositivo, sumando cotizaciones a la Seguridad Social y el IRPF. Mientras que las cotizaciones las asumiría prácticamente en su totalidad la empresa, el IRPF corre a cargo del trabajador.
Sin embargo, los expertos consultados por Vozpópuli consideran que estos dispositivos no tributarán como pago en especie, aunque sí admiten que Hacienda podría pasar factura a los pagos para compensar otro tipo de gastos, como la luz o el internet. La Dirección General de Tributos (DGT), dependiente del Ministerio de Hacienda, deberá pronunciarse en los próximos meses sobre estas cuestiones. Sea como fuere, se avecina un nuevo golpe del fisco a empresarios y trabajadores.
La nueva ley del teletrabajo obligará a los empresarios a rascarse el bolsillo, aunque no especifica ni cuánto ni cómo.
Los países más ricos son los que tienen mayor potencial de teletrabajo, destacando Luxemburgo, con una potencial tasa de teletrabajo de más del 50%.
La decisión de Hacienda va en contra del criterio de la OCDE y de lo que vienen haciendo los países de nuestro entorno.