Los primeros días de confinamiento de la crisis del coronavirus provocaron una extraña fiebre por el papel higiénico entre los consumidores españoles. A mediados de marzo, la clientela arrasaba en los supermercados con la denominaba compra búnker, y uno de los primeros productos en desaparecer de las estanterías fue el codiciado papel higiénico. La leche, las conservas, la pasta, el arroz o el jabón tampoco fallaban en la lista de los angustiados clientes. Son productos básicos, baratos, con una larga caducidad y de fácil almacenamiento. Esa es la explicación.
"El papel higiénico, el arroz o la pasta tienen un coste bajo y una caducidad muy alta. Son los productos ideales para calmar psicológicamente al consumidor en caso de pánico. Hay que tener en cuenta también que el papel higiénico abulta mucho y enseguida se vacían las estanterías, aunque no se haya dado salida a tantas unidades. También, un paquete de papel higiénico destaca mucho en un carro y en las fotos parecía que era lo único que llevaban", explicaba el 12 de marzo, en pleno boom de ventas, el profesor del EAE Business School y consultor de operaciones de Everis, José Luis Morato, a Libre Mercado.
Ha pasado más de un mes desde la declaración del estado de alarma, y el tipo de consumo en los supermercados ha cambiado mucho. Ahora, ha aparecido el fenómeno de la compra capricho, donde triunfan los helados y los chocolates, así como la harina o la levadura, porque los compradores también se han aficionado a hacer pasteles y pan en casa. Pero ese primer ansia por acumular productos de primera necesidad en el domicilio nos ha permitido conocer, no sólo lo eficiente que es la red logística de los supermercados españoles, sino también quién está detrás de la fabricación de papel higiénico en España.
En nuestro país hay diez fábricas de celulosa, que es la materia prima con la que se elabora el papel higiénico, y setenta fábricas de papel, que producen diferentes tipos de producto: higiénicos, sanitarios, para envases y embalajes, gráficos etc. Casi todas ellas han permanecido abiertas en la pandemia por tratarse de servicios esenciales. Se reparten por todo nuestro territorio, como puede verse en el siguiente mapa.
Según la información que ha aportado la patronal del sector papelero ASPAPEL a este periódico, estas son las nueve empresas, con un total de doce fábricas, que producen papel higiénico en España, tanto para marca propia como para marca blanca:
Aunque en ASPAPEL todavía no tienen datos oficiales de las ventas del sector durante la pandemia, estiman que la demanda de papel higiénico pudo crecer hasta un 50% "por el efecto acopio que muchos hogares realizaron al inicio, si bien ahora la demanda de este producto ha vuelto a normalizarse", declaran fuentes de la patronal. El incremento de la demanda inicial se atendió, principalmente, gracias a los stocks disponibles al inicio de la crisis sanitaria, pero también aumentando la producción de las plantas. "El acopio no está justificado pues España tiene capacidad suficiente de fabricación de este tipo de papeles, no solo para una situación normal sino incluso para puntas de demanda", explican, por lo que hubiera sido muy difícil que los hogares españoles se hubieran quedado sin el deseado producto a pesar del pánico que cundió. De hecho, según ASPAPEL, la falta de papel higiénico en esos momentos puntuales "fueron causados más por limitaciones en los puntos de venta que en la producción del papel en las fábricas".
En 2019, el consumo de papeles higiénicos y sanitarios (papel higiénico, de cocina, pañuelos, servilletas, compresas, pañales…) en España fue de 742.300 toneladas, un 4% más que el año anterior. La producción de este tipo de papeles en ese periodo fue de 777.400 toneladas, un 8,2% más que en 2018, por lo que nuestro país fabrica más papel higiénico y sanitario del que consumimos.
Los papeles higiénicos y sanitarios suponen el 12% de la producción española de papel, que incluye además papeles para envases y embalajes (cajas, bolsas…), papeles gráficos (prensa, impresión y escritura) y papeles especiales. Todos estos papeles para distintos usos suman una producción en nuestro país de 6,2 millones de toneladas.
La española Ence Energía y Celulosa es una de las suministradoras de celulosa más importantes del país y de Europa. Desde sus fábricas de Navia (Asturias) y Pontevedra, juega un papel fundamental en el suministro de celulosa a los fabricantes de papel higiénico, aunque hay algunos de ellos que utilizan papel reciclado, como Isma 2000.
A nivel global, la industria papelera española realiza un ciclo virtuoso de aprovechamiento sostenible de la materia prima. El 70% de la materia prima empleada por la industria papelera española es fibra reciclada y el 30%, fibra virgen de madera mayoritariamente certificada. Hablamos pues de una materia prima renovable —la madera— y de todo un ciclo de aprovechamiento a través del reciclaje masivo de los productos papeleros.
El 96% de la madera y el 73% del papel para reciclar que utiliza como materia prima la industria papelera española son de carácter local. Se trata de madera procedente de plantaciones locales de pino y eucalipto y de papel para reciclar recogido en España. El pequeño porcentaje de materias primas no locales (un 4% de la madera y un 27% del papel para reciclar) procede de países europeos limítrofes.
Los españoles han empezado a realizar la llamada compra capricho.
A lo largo de nuestro territorio hay unos 400 centros que surten a todos los supermercados del país.
El sector de la alimentación se ha convertido en uno de los sectores que más carga de trabajo ha notado durante el estado de alarma.