Cristóbal Montoro, 03 de abril de 2018, presentación del Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado, Congreso de los Diputados:
La Seguridad Social no está quebrada. La Seguridad Social es una parte de la Administración General del Estado. ¿La Seguridad Social estaba bien cuando el déficit de las administraciones públicas era del 9,3%? ¿Estaba yo más tranquilo entonces porque había una parte de la administración que no tenía déficit? No sé por qué hay que mirar a la Seguridad Social como si fuera un régimen propio. La Seguridad Social está asegurada por el Estado como lo ha estado siempre, es un departamento de las administraciones públicas, aunque tiene unos ingresos que vienen de un impuesto propio. ¿O es que las cotizaciones sociales no son un impuesto? Las cotizaciones sociales son un impuesto… y no uno de los mejores. Pero ahora resultará que, por tener ese impuesto, el sistema será más o menos seguro por la recaudación de ese impuesto.
Lo que no se puede hacer con las pensiones es esa batalla política. Cuando veo una encuesta que dice que las personas de menos de 40 años piensan que no van a tener pensión... si es lo que piensan, están equivocados. Lo que le puedo asegurar es que las personas de menos de 40 años sí van a tener pensión en un sistema de reparto. Claro que hay un problema, pero mucho peor problema era cuando teníamos esos déficit públicos [del 9 o del 10%, en los años 2010 y 2011] y esas deudas comerciales sin pagar. Somos una administración y una parte de esa administración es la Seguridad Social. Su futuro no depende de una frontera delimitada por el subsistema de cotizaciones. Esa forma de verlo, de manera aislada, es un error. Este pesimismo no lo entiendo y no lo puedo aceptar.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social es un apunte contable, no es una hucha. Un apunte de un superávit aplicado a la compra de deuda pública. Son apuntes contables entre administraciones. ¿Pero qué hucha? ¿Qué es lo que asegura? Lo que lo asegura [el pago de pensiones] es que el total de la deuda pública de España esté siendo valorada de una forma u otra. ¿Y cómo veo que ahora eso no es igual que antes? Pues en la prima de riesgo. Los inversores internacionales creen en esta España.
La hucha fue creada por un Gobierno del PP en el que estaba un servidor. Lo que quería [la hucha] poner de manifiesto es que existía un superávit del sistema de pensiones. Cuando firmamos el Pacto de Toledo los pronósticos decían que las pensiones no se podrían pagar en el año 2000. Y en el 2000 se pagaron las pensiones y se creó la hucha. Pero la hucha como máximo ha llegado a tener 70.000 millones y estamos presentando un presupuesto de gasto para el ejercicio 2018 de 144.000 millones. Usted explíqueme cómo paga 144.000 millones con 70.000 de la hucha. La hucha no ha servido nunca para dar seguridad. Cómo va a ser la red de seguridad de nada.
Yo juraría que el Estado lo formamos todos los contribuyentes. ¿Qué significa la separación de fuentes? Pues que una parte la pone el Estado y otra la Seguridad Social. Lo que tenemos en España es un sistema de pacto intergeneracional. Eso es lo que no va a fallar. No depende de un Gobierno. La hucha ha cobrado una dimensión que los creadores de la hucha jamás pensamos que iba a tener. Si es una corriente de intereses del Estado hacia la Seguridad Social [se refiere el ministro al pago que hace el Estado por los intereses de la deuda pública que el Fondo de Reserva posee]. Eso es lo que es la hucha. ¿Y eso garantiza las pensiones? Que no se preocupe nadie. Las pensiones las garantiza el Estado. El sistema público no está en riesgo ninguno. Los debates del Pacto de Toledo deben perder dramatismo.
Cristóbal Montoro es catedrático de Economía Aplicada (Hacienda Pública y Derecho Tributario) por la Universidad de Cantabria. Y este martes, en la rueda de prensa posterior a la presentación del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para este año, lo ha demostrado. El ministro de Hacienda ha dado toda una clase sobre pensiones, Presupuestos Generales del Estado, reparto de ingresos y gastos entre administraciones, y sostenibilidad a medio plazo de las cuentas públicas españoles.
La pregunta que ha desatado las explicaciones del ministro versaba sobre la Seguridad Social y sobre esas noticias, habituales en los últimos meses, que hablan de un déficit cercano al 2,0% del PIB, de una hucha de las pensiones que se vacía año a año o de un incremento de los gastos en prestaciones por encima de la recaudación por cotizaciones. Todo ello ha generado preocupación entre muchos españoles. De hecho, como apuntaba el ministro, en las encuestas sobre el tema una buena parte de los menores de 40 años admite que no tiene mucha confianza en cobrar una pensión pública.
Montoro ha explicado, como podemos ver en los párrafos con los que se abre este artículo, que esa separación que hacemos entre las cuentas de la Seguridad Social y las del resto de las administraciones públicas tiene bastante de artificial. O por decirlo de otra manera, las pensiones se pagan con los ingresos del Estado, con todos ellos. Y si no hay cotizaciones suficientes, habrá que completarlas con lo que se recauda con otros impuestos (o con nueva deuda). No es la primera vez que alguien del Gobierno tiene que salir a explicar esta obviedad. El pasado año, cuando se supo que parte de las emisiones del Tesoro irían destinadas a cubrir el agujero de la Seguridad Social, Emma Navarro, secretaria general del Tesoro, y Álvaro Nadal, secretario de Estado de Presupuestos, ya lo explicaron de forma parecida: "En último extremo el Tesoro sirve de garantía para la financiación del Estado y, en caso necesario, de otras administraciones públicas".
Pero que sea algo obvio no quiere decir que no sea importante. Porque, quizás sin quererlo, pero de forma muy clara y muy didáctica, Montoro ha dejado en el Congreso bien claro que la ficción sobre la que se apoya buena parte del discurso político sobre las pensiones no es más que eso… un trampantojo que oculta la realidad contable y financiera del sistema:
Con todo esto sobre la mesa, es interesante ver cuáles son las cuentas reales del sistema de la Seguridad Social para este año, según lo previsto en los PGE:
Si los ingresos por cotizaciones ascienden a 114.916 millones y los gastos a 149.967, parece claro que el organismo necesita otras fuentes de financiación por valor de 35.000 millones. ¿De dónde los saca? Algo más de 1.000 millones llega de tasas o ingresos patrimoniales. El resto lo aporta el Estado:
En resumen, hay más de 30.000 millones que el Estado entregará este año a la Seguridad Social para que este organismo pueda pagar todas sus obligaciones. Qué más da si ese dinero llega a través de una partida en el Presupuesto que se llama "Transferencias corrientes" o a través de un préstamo que todos sabemos que la Seguridad Social no devolverá… porque no tiene sentido que lo haga, porque, como ha explicado Montoro, no deja de ser otro departamento del Estado.
En los próximos meses, cuando se escuche hablar de "clarificar las fuentes de financiación", "reducir el déficit de la Seguridad Social pagando las prestaciones de viudedad con impuestos", "hacer más sostenible el sistema", etc., habrá que recordar las palabras del ministro y catedrático de Hacienda: "Las pensiones las garantiza el Estado". Si eso tranquiliza mucho o poco dependerá de lo que cada uno piense sobre el futuro de España, su crecimiento económico, sus perspectivas demográficas, el desarrollo de su mercado laboral y la capacidad de sus políticos.
El ministro acude al Congreso con el detalle de las cuentas públicas para este año: sube el gasto no financiero un 3,0% y los ingresos un 4,6%.
El incremento asciende al 1,75% para 3,1 millones de empleados públicos, más allá de la subida acordada con Policía y Guardia Civil.
Los Presupuestos Generales del Estado de 2018 destinan 144.834 millones de euros al gasto en pensiones, 5.188 millones más que en 2017.