La Generalidad catalana se gastará 36.132 millones el año que viene. Ésta es la cifra total de gasto que recoge el proyecto de ley de Presupuestos presentado este martes. Respecto a los aprobados en 2012 (prorrogados en 2013) supone un ligero descenso, de unos 900 millones de euros (un 2,4%). Pero cuidado, son 6.000 millones más que en 2007.
Habrá quien diga que el problema es que el pago de deuda e intereses se ha disparado. Y es cierto. Pero incluso quitando los gastos financieros (vamos, la amortización de la deuda) las cifras son casi idénticas a las de hace siete ejercicios. En aquel año, el gasto no financiero aprobado fue de 28.999 millones de euros. En 2014, ascenderá a 29.307 millones. Es cierto que habría que tener en cuenta la inflación, pero no lo es menos que los supuestos recortes, respecto a la época culminante de la burbuja, brillan por su ausencia. En realidad, los gastos comenzaron a reducirse en 2010, tras cuatro años de crisis.
Para mantener este ritmo de gasto, habrá subidas fiscales y hasta 30 nuevas tasas, con las que se recaudarán hasta 1.000 millones de euros extra. Artur Mas quiere aprobar un aumento del impuesto de transmisiones patrimoniales del 8 al 10% y también un impuesto sobre depósitos bancarios. Además la idea es recuperar Sucesiones, gravar la producción de energía nuclear, la emisión de gases contaminantes y crear un nuevo impuesto a las viviendas desocupadas propiedad de sociedades mercantiles. El apoyo de ERC obliga a CiU a que todo el ajuste se haga por la vía de los ingresos y nada por el de gastos.
En el detalle de las cuentas autonómicas, algunas cifras sobresalen especialmente:
Inversión: 1.276 millones. Es la partida que concentra la mayor parte de los recortes. De los 6.332 millones de inversión total del sector público de la Generalidad presupestados para 2009, se pasarán en 2014 a apenas 1.276 millones.
El Gobierno de Artur Mas aumentará el gasto social e impondrá nuevas tasas y subidas de impuestos para reducir el déficit al 1% del PIB catalán.
Apela al programa del PP para rechazar una reforma de la Constitución. Se reafirma en el "diálogo" pero sin cambiar las reglas de juego.
El líder de Ciudadanos se muestra sorprendido por el hecho de que Rajoy quiera dialogar con Mas y Duran y no con él.