Los ingresos por impuestos siguen cayendo en España. A pesar de las repetidas subidas tributarias aprobadas por el Gobierno (tanto el actual como el anterior), Hacienda no consigue recaudar más dinero de sus contribuyentes. Tanto el IVA, como Sociedades, como los impuestos especiales han visto una fuerte caída de los ingresos en los primeros ocho meses del año. Sólo el IRPF ha experimentado un ligero incremento (del 1,5%), un porcentaje muy inferior, por otro lado, al de la subida decretada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en su primer Consejo de Ministros.
El PP defendió durante su época en la oposición que las bajadas de impuestos, en realidad, servían para recaudar más, porque animan la actividad económica y aumentan la confianza entre los contribuyentes. Es la famosa Curva de Laffer: a partir de un determinado momento, subir los tributos lleva a tener menos ingresos.
Al Gobierno de Mariano Rajoy se le olvidó la teoría nada más llegar a La Moncloa y subió prácticamente todos los impuestos: IVA, IRPF, Sociedades,... La justificación del presidente ha sido que el agujero que se encontró en las cuentas públicas era mucho mayor al esperado (José Luis Rodríguez Zapatero dejó un déficit 30.000 millones de euros superior a lo previsto) y que es imprescindible cuadrar las cuentas del Estado de acuerdo con lo pactado con Bruselas.
Menos ingresos
El problema es que a pesar de todas estas medidas, la recaudación sigue desplomándose. Según los datos de Actividad Económica del Estado entre enero y agosto presentados este martes por la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, los ingresos han caído en casi todas las figuras impositivas:
Más gastos
No sólo es sorprendente la deriva de los ingresos del Estado. También los gastos se han incrementado en los ocho meses del año. El total de pagos no financieros ha pasado de 97.345 millones a 106.015, un 8,9% más. Fernández Currás ha asegurado que es una cifra "controlada y deliberada", que se debe principalmente a los "adelantos de liquidez a otras administraciones públicas".
Dentro de este apartado, destaca el incremento en los gastos de personal, de 0,2%, hasta los 17.727 millones, debido principalmente al aumento de las prestaciones sociales. El gasto en sueldos y salarios bajó un 1,4%.
El objetivo de déficit
Con todos estos datos encima de la mesa, la pregunta que todo el mundo se hace es si España será capaz de cumplir con el objetivo de déficit pactado con la UE. Fernández Currás ha asegurado que sí, que "sin duda, el déficit está bajo control". La secretaria de Estado ha asegurado que "el presupuesto está diseñado para evolucionar mejor en el segundo trimestre".
Desde que comenzó el año, el Gobierno ha asegurado que las cifras de déficit en términos de Contabilidad Nacional (los que utiliza normalmente la UE) exageran la situación real, porque están afectadas por el adelanto en las devoluciones de impuestos y por las transferencias a otras administraciones públicas. Por eso, confían en que cuando vayan realizándose estos ajustes contables, la Administración central sea capaz de cumplir con el 4,5% que le corresponde.
El problema es que la cifras son preocupantes sea cual sea la lectura que se haga de las mismas. España se ha comprometido con la UE en alcanzar un déficit del 6,3% este año (hay que recordar que el primer objetivo era del 4,5%, así que los socios comunitarios ya han levantado la mano). De esa cifra, en teoría le toca un 4,5% al Gobierno central, un 1,5% a las autonomías, un 0,3% a los ayuntamientos y un 0% a la Seguridad Social.
Es cierto que las cifras de déficit del Gobierno central han ido mejorando según avanzaba el año. Entre enero y mayo (cinco meses), los números rojos alcanzaron el 3,4%; desde entonces, en tres meses esta cifra ha subido un 1,3%, lo que es un avance sustancial. Pero incluso así, las cuentas no salen. Si el Estado ya acumula un 4,77% de déficit y las autonomías tenían un 0,77% a finales del primer semestre. Incluso sin contar con los ayuntamientos y la Seguridad Social (que ya está al borde del déficit), eso nos daría un 5,5% en ocho meses. Haciendo una regla de tres sencilla, la proyección a final de año es del 8,25%.
El Tesoro Público ha colocado 3.980 millones en letras a 3 y 6 meses, casi el máximo previsto de 4.000 millones.
El Estado registró un déficit de 50.132 millones de euros hasta agosto en términos de Contabilidad Nacional, el 4,77% del PIB, lo que supone un aumento del 23,8% en comparación con la cifra del mismo periodo del año anterior, según los datos ofrecidos por la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás.