"Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema es tuyo". Es muy probable que Angela Merkel haya pensado en los últimos días en el triste destino que se esconde tras esta conocida frase.
Leyendo la prensa alemana y escuchando a sus políticos, puede verse un cambio de actitud. Hasta ahora, su posición respecto a los países del sur de Europa era de una firmeza inalterable: si querían su dinero para salvarse tendrían que ajustarse a sus condiciones. Pero ya nada parece tan seguro. El terremoto que provocaría una caída de España sería mucho mayor que el efecto combinado del de Grecia, Irlanda y Portugal. Por eso, el tono de los poderosos germanos ya no es tan rotundo. La deuda hispana es tan grande que ahora mismo el problema es tan suyo como nuestro.
La partida de póker
Con este panorama, la partida de póker que juegan los gobiernos alemán y español adquiere tintes dramáticos. Por un lado, Angela Merkel sabe que tendrá que poner dinero para rescatar a España, quiera o no quiera. Su objetivo es poner el mínimo posible y, sobre todo, unir esta entrega de fondos a un compromiso por parte del Gobierno español con fuertes recortes y con reformas realmente estructurales.
Éste es el quid de la cuestión. Berlín no quiere soltar ni un euro si no hay un compromiso claro con las reformas. Con Grecia ya cometió ese error, fiándose de meras promesas de su Gobierno, y dos años después el país heleno sigue empantanado, sin capacidad de pagar sus deudas y sin haber aprobado un paquete de modernización de la economía.
Mientras, desde Madrid, lo que se quiere es que la UE permita utilizar el Fondo de Rescate para recapitalizar directamente los bancos. La jugada sería tensar la cuerda al máximo, incluso acudiendo a unos mercados que están casi cerrados y aún al coste de pagar un interés muy elevado. De hecho, la prima de riesgo lleva ya varias semanas alrededor de los 500 puntos y no parece que esto vaya a cambiar.
De esta manera, se obligaría a Alemania a abrir la mano de la ayuda a cambio de unas condiciones menos agresivas. Pero esto es una apuesta muy arriesgada, porque el empeoramiento de las condiciones hace daño a Berlín, pero mucho más a Madrid. De hecho, la prensa germana ya habla de una actitud "kamikaze" por parte del Gobierno de Mariano Rajoy.
Una solución intermedia
En las últimas horas se ha abierto camino una posición intermedia que podría salvar la cara de todos los implicados. Esta solución light consistiría en que el Fondo europeo prestase dinero a las entidades a través del Frob. De esta manera, se solucionaría el problema del sistema financiero sin que el Gobierno perdiese soberanía, y serían las entidades las que tendrían una obligación para con Bruselas, quedando el Estado al margen. Además, los requisitos que llegarían desde la UE sólo afectarían al sector financiero.
En concreto, según informa Financial Times, las autoridades europeas están estudiando conceder a España una ayuda de al menos 80.000 millones de euros para resolver los problemas de la banca, en un programa de rescate que se centraría en el sector y solo impondría "condiciones muy limitadas" al Gobierno.
"Altos directivos del sector bancario español han situado la cifra en alrededor de 40.000 millones de euros, pero autoridades de la Unión Europea han estado examinando planes que al menos doblan esta cantidad", señalaron al diario fuentes conocedoras de las conversaciones.
En Alemania, saben que en estos momentos el problema más acuciante en España no es tanto de las finanzas públicas como de su sistema financiero. Pero uno y otro están estrechamente conectados, porque si el Estado debe rescatar a sus entidades, como ya hizo con Bankia, el impacto sobre el déficit público sería muy elevado.
Tensando la cuerda
Todos estos movimientos están generando mucha incertidumbre en el país germano. Tanto la prensa como los políticos temen verse obligados a pagar sin recibir ninguna contrapartida en forma de compromisos por parte del Gobierno español. Por eso, este miércoles, los grandes diarios alemanes coincidían en el mismo análisis: como es inevitable que España sea rescatada, debería solicitarlo cuanto antes y aceptar las mismas condiciones que Portugal o Irlanda; Rajoy está tensando demasiado la cuerda y si ésta se rompe todos nos haremos daño.
El coste de la caída
Todos estos comentarios de la prensa germana giran alrededor del elemento fundamental de toda esta crisis, del que casi nadie quiere hablar: ¿cuánto costaría la caída de España? Alemania es el principal acreedor de nuestro país. Por eso, hace unos meses, en Libertad Digital ya hablábamos del billón de razones que Merkel tenía para temer a Zapatero.
Claro, dirán algunos, pero el rescate también supone un coste importante. Cierto, pero puede que las cuentas en este caso sean más favorables a la canciller germana.
La principal preocupación de Alemania tiene que ver con esos 637.000 millones del Target 2. Ése es aproximadamente el saldo acreedor que tiene el banco central germano en el BCE. Podríamos decir que el resto de los bancos centrales le deben ese dinero, en conjunto, después de varios años de haber ido a pedir y prestar dinero a la ventanilla de Fráncfort. Si la moneda única explota, ese dinero se evaporaría. Y quizás ni siquiera Alemania sería capaz de aguantar un golpe así.
El alemán Süddeutsche Zeitung afirma que la UE estudia inyectar la liquidez que necesita la banca española directamente en el FROB.
Bruselas quiere que una red europea con fondos de resolución de cada Estado miembro, que en España equivaldrían al fondo de garantía de depósitos.
El portavoz económico de la CE, Amadeo Altafaj, recomienda en Es Noticia de esRadio "no desayunar con la prensa alemana".