La fiebre de los tatuajes no ha parado de crecer en los últimos años. Pero quienes deciden decorar su piel con ellos poco antes del verano deben tener en cuenta que, en esta época del año, hay que tomar precauciones especiales para evitar posibles infecciones. De igual manera sucede si el tatuaje se realiza durante los meses propios del verano, con su playa o piscina.
Para que nos demos cuenta de la magnitud del ‘fenómeno tattoo’, aunque no existen cifras oficiales, algunas estadísticas apuntan a que al menos un 30% de la población española de entre 18 y 35 años se ha hecho algún tatuaje más grande o más pequeño. Pero la cifra total seguramente es más alta, ya que muchas personas de más de 35 años también se han unido a la moda y hacerse un tatuaje es algo que ya no tiene edad.
Además, en España la edad legal para poder tatuarse es a partir de los 16 años, aunque los menores a esta edad también pueden hacerlo siempre que tengan el consentimiento de los padres. Así que, teniendo en cuenta a los adolescentes, el porcentaje aún subiría más.
Por supuesto, cualquier momento es bueno para hacerse a un tatuaje si ya has caído rendida al mundo de la tinta, pero el verano suele ser uno de los momentos donde más se suele barajar la idea de hacerse uno nuevo: tenemos más tiempo libre, nuestra piel al aire permite lucirlo, hay ideas veraniegas que nos inspiran... Pero ahora bien, ¿es seguro tatuarse en esta época del año?
Muchas personas deciden tatuarse en verano, ya que es la época perfecta para poder lucirlos. Sin embargo, también es la época más peligrosa, ya que los tatuajes están más desprotegidos frente a roces, sustancias y bacterias, y el riesgo de infección es alto si no se toman las debidas precauciones. Sobre todo si vamos a la playa o la piscina, la sal, el cloro y la arena junto con el sol son los peores enemigos de un tatuaje recién hecho.
Los centros donde realizan tatuajes deben proporcionar toda la información sobre los cuidados y medidas de higiene que se deben seguir en los días posteriores. Aunque pueden variar en función de la extensión del dibujo y la zona del cuerpo, los tatuadores recomiendan los siguientes pasos:
Al margen de estos cuidados, ten en cuenta que si te han hecho recientemente un tatuaje no debes bañarte en la playa o en la piscina, ni siquiera en la tuya mínimo durante dos semanas. ¿Por qué? Porque el tatuaje provoca heridas en la piel y el riesgo de infección es muy elevado.
Igualmente es conveniente no exponer la zona tatuada al sol durante los primeros días. Más concretamente se debe evitar la exposición directa al sol de la zona tatuada durante los primeros 10-14 días. Y después usar un fotoprotector alto.