Letizia Ortiz ha sorprendido estos días con uno de sus relativamente habituales pasatiempos privados al margen de la agenda oficial. Aficionada a las artes, la reina acudió el pasado martes 14 de junio al Teatro Real para ver a la actriz Marion Cotillard en Juana de Arco en la hoguera.
El plan fue absolutamente secreto, como suele ocurrir en algunas de estas iniciativas personales, aunque pudo ser captado por fotógrafos de ¡Hola!
Acompañando a la Reina su amiga María Luz Valero, que se encarga de su peluquería desde los tiempos de presentadora de TVE.
Letizia manifiesta así, una vez más, su cercanía y afinidad con la cultura, acercándose para ver una de las obras más aclamadas del momento, protagonizada además por la oscarizada actriz francesa. Son habituales las escapadas de ella y el rey Felipe a ver cine de estreno en salas madrileás.
La producción de la obra ha sido llevada a cabo por el coliseo madrileño junto a la Ópera de Frankfurt, con a dirección de Àlex Olle, de La Fura des Baus.
Tal y como se contó en la crónica rosa, llamó la atención que, siguiendo esta línea de absoluta discreción, Letizia eligiera no sentarse en el Palco Real, que quedó vacío una vez más.
Doña Letizia amadrinó y apadrinó este martes y el acto en el que se hizo entrega de la Bandera Nacional a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de Infantería de Marina y con base en La Algameca. La Fuerza de Guerra Naval especial no tiene bandera de combate porque es una unidad relativamente nueva creada en el año 2009.
Los reyes Felipe y Letizia han presidido el desfile conmemorativo del día de las Fuerzas Armadas, que recupera todo su esplendor tras la pandemia. Para un día tan especial la monarca ha roto con la tradición y se ha decantado por un diseño estival de lo más rejuvenecedor.
Juan Carlos se casó con Sofía en una ceremonia que apenas tuvo repercusión en España.